Catedral de Milán
La
catedral de Milán o “Duomo de Milano” es uno de los iconos más representativos
de la ciudad, además de esto también es uno de los edificios más famosos del mundo, donde su grado de complejidad y elaboración
la enmarca como una pieza de gran importancia para la humanidad.
Su
construcción comienza en 1386 promovida y patrocinada por el duque de Milán
Gian Galeazzo Visconti y un famoso arzobispo de la época. Ambos compartían la intención
de ofrecer a la ciudad un monumento de importancia.
Es
de trascendencia entender que desde el inicio de este proyecto hasta su terminación
en 1887, la catedral pasó por las manos
de distintos arquitectos y artesanos lo cual la llevo a obtener su carácter actual.
La
catedral es una es una pieza maestra del arte gótico, la cual mescla el gótico tardío,
el gótico francés y renacentista. Cuenta con una planta cruciforme como la mayoría
de las iglesias de este periodo. Teniendo en cuenta lo mencionado, la iglesia está
conformada por una nave central y dos naves laterales que la suceden a lado y
lado, las cuales son interceptadas por un transepto y rematan en una ábside.
En
su fachada frontal se encuentran 5 portales, uno por cada nave, los cuales son
seguidos verticalmente por ventanales. La nave central es la de mayor altura y
los vanos en esta cuentan con una escala mayor en relación con las otras naves. Por consecuente, Las naves
laterales van decreciendo sucesivamente con respecto a la central.
Algo
que se destaca en todo el edificio son sus las 138 agujas que lo rodean, las numerosas
estatuas que posee entre la cuales se destacan las gárgolas.
En
su interior la nave central y las laterales se prolongan creando unas arcadas
formadas por la sucesión de hileras de columnas que a su vez crean bóvedas
de crucero en su parte superior. Una vez
estas naves se unen con el transepto crean en toda la mitad un crucero con
forma octagonal, el cual cuenta con un cimborrio de gran altura en su parte
superior.
Finalmente
la iglesia cuenta con un presbiterio y remata en una ábside la cual cuenta con
unos grades ventanales. Estos ventanales son considerados los más altos del
mundo y sus magníficos vitrales y el efecto que la luz crea en estos, hace de esta
iglesia una obra de gran importancia.
Es
relevante mencionar que las cubiertas de
esta iglesia son accesibles al público y
desde estas se pueden apreciar gran parte de la ciudad y muchos de los de los elementos
característicos de la catedral como lo son los pináculos y las agujas.
Gran
parte de la materialidad de la iglesia es mármol de alta calidad muy resistente
a la intemperie y que muestra algunas variaciones de tonos dependiendo de la
luz que reciba.
Todos
estos elementos mencionados transforman a la catedral de Milán en una de las
piezas arquitectónicas más importantes del periodo gótico.
fuentes: wikipedia, wikiarquitectura, newmilantravel
publicado por: Felix E Munoz Rojas
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